Desafío acústico

En una instalación crucial del sector de telecomunicaciones, un grupo electrógeno de 2.500 kVas enfrentaba desafíos acústicos significativos. La necesidad de cumplir con la normativa medioambiental local y las restricciones específicas se volvían cruciales. El ruido generado no solo amenazaba la operatividad sino también la armonía del entorno.

En una instalación crucial del sector de telecomunicaciones, un grupo electrógeno de 2.500 kVas enfrentaba desafíos acústicos significativos. La necesidad de cumplir con la normativa medioambiental local y las restricciones específicas se volvían cruciales. El ruido generado no solo amenazaba la operatividad sino también la armonía del entorno.

Enfoque estratégico

Hiacoustic asumió el desafío con un enfoque integral. La estrategia se centró en diseñar un tratamiento absorbente a medida que optimizara la eficiencia operativa del grupo electrógeno. Se consideró la insonorización y la ventilación mediante silenciadores para garantizar un funcionamiento óptimo dentro de los límites legales.

Solución técnica

• Diseño personalizado
  Se implementó un tratamiento reforzado, con especial atención a la cámara de aire óptima para aumentar la atenuación en las frecuencias requeridas. El diseño personalizado aseguró una adaptación precisa a las especificaciones del grupo electrógeno.
• Innovación en resonadores y elementos elastoméricos
  En el corazón del tratamiento, las bandejas fueron equipadas con resonadores internos. Estos resonadores, hábilmente unidos a la estructura con elementos elastoméricos, contribuyeron a una solución acústica robusta y duradera.
• Silenciadores y atenuación adicional
  La implementación de escapes con 40 dBs de atenuación, suspendidos del techo con una jaula de soportación, fue una medida clave. Además, se realizó un proceso de calorifugado según las especificaciones del proyecto para optimizar aún más el rendimiento del tratamiento.

Resultados

La transformación acústica fue un éxito integral. El grupo electrógeno de 2.500 kVas ahora operaba dentro de los estándares legales y medioambientales, cumpliendo con las expectativas de la instalación y la normativa aplicable. La atenuación adicional aseguró un entorno más silencioso y cómodo para los trabajadores de la planta. En este caso, se ha obtenido una reducción sonora de 47 dBA. consiguiendo una presión sonora Lps. a 1 metro del silenciador de 55 dBA.